Buen día nos de Dios. Ayer estuve largo rato en Presencia de Jesús Sacramentado. No sé el tiempo real que he podido estar pues con Él se para el reloj y las prisas de este mundo adqueren su verdadera dimensión. ¡Qué bien se está con Dios! ¡ Qué Alegría notar su cercanía y su Absoluto Amor! Necesitamos tanto al Señor que no nos damos cuenta. Siempre enfrascado en el trabajo, el hogar, la familia, los amigos, las responsabilidades. ¿Y a Dios donde lo dejamos? Estamos en Cuaresma que un tiempo precioso para nuestra reconversion, para mirar para nuestros adentros y ver la realidad porque no debemos olvidar que el Padre ve en lo escondido de nuestros corazones. Es tiempo de ofrecer al Señor nuestros sacrificios y nuestra misericordia hacia los demás, ¿Porque de que nos servirá tantos ayunos y abstinencias si no queremos a nuestros hermanos ni somos misericordiosos con aquellos que nos necesitan o caen mal? Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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