Buen día nos de Dios. Dice el Señor que si quieres ser primero debes ser el último y siempre servidor de los demás. Es una de las enseñanzas más gozosas si se vive desde la coherencia del saber que lo que estás haciendo lo realizar por el bien de los demás y por supuesto del tuyo. Piensa que ostentar primeros puestos y servirse de los mismos no es otra cosa que indisponerte con los demás y contigo mismo a la larga y eso no lo quiere nuestro Padre Celestial. Es más que difícil ocupar relevantes puestos y tener una mansa actitud de servicio con todo y con todos pues con el tiempo las prebendas que te otorgan esa responsabilidad te envuelven hasta no dejarte mirar más que por tus propios ojos. Es una de las cosas que dicen de todos los presidentes de gobierno que sufren el "síndrome" y como apellido el nombre de la casa donde habiten, que dejan de percibir la realidad tal cual es y poco a poco se van alejando del pueblo y de sus necesidades. Pues así en todos los órdenes de la vida. Cuando Jesús nos indica que no hay mayor privilegio que ostentar el último de los puestos y además ser el servidor de todos nos da una lección de vida que nos cuesta años aprender y que cuando se hace ves cuanta razón lleva nuestro Amado Señor. ¡Cuánto tiempo hemos tenido que perder de nuestras vidas para acercarnos a ver lo que nos dice en esta ocasión! Aunque para eso no hay marcha atrás, todo lo contrario. Ahora, cuando te encuentras instalado en esa felicidad, ese sosiego de paz en el espíritu que da el Señor comprendes todo, se te abre la mirada y el único "sindrome" que tienes ante tu mirada es Dios en toda su plenitud y servir al Señor plenamente es hacerlo por medio de los demás. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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