Buen día nos de Dios. Empezar una nueva semana cuesta. Atrás han quedado las efímeras horas de descanso. ¿En verdad llegamos a descansar? Creo que la inmensa mayoría no lo hace, no dedica un tiempo más que suficiente para encontrarnos con nosotros mismos para poder encontrarnos con Dios. Se puede estar rodeado de ruidos pero tu ser estar calmado y silencioso. ¡Qué difícil nos resulta abstraernos de lo que nos circunda para así poder encontrarnos a nosotros mismos! ¿Tanto nos tememos? ¿Tanto tenemos que temer? ¿Cuanto tiempo hace que no te quedas a solas contigo mismo? Cuando lo haces puedes que muchas situaciones te creen desasosiego e inquietud, que la paz que creías tener no lo es tal y de pronto te encuentras cansado y agobiado. Cuando llegue esa necesaria situación mirarás con humildad al Corazón de Jesús cobijado entre las paredes del Sagrario y le pediràs la paz tan necesaria en nuestras vidas y entonces, y solo entonces, escucharás una voz que se agarra a tu alma y que te dirá que en Cristo hallaréis, hallaremos, nuestro descanso. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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