Buen día nos de Dios. Cuando el dolor, la tristeza, la angustia de la pérdida de un ser querido llega a tu vida, aunque derramemos ríos de lágrimas y no encontremos explicación alguna a todo, cuando el suelo que pisamos y nos sostiene parece derrumbarse, cuando el negro luto impera y envuelve todo, entonces es cuando Dios se manifiesta con todo esplendor en nuestras vidas. El Señor elige el momento y lugar para decirnos que no temamos, que Él está siempre con nosotros a las duras y maduras de nuestro vivir, que en su compañía todo se explica, todo se entiende porque solo Su Presencia supone Todo en nuestras vidas. El consuelo, el sosiego, la tranquilidad y la paz que sentimos en nuestros corazones llenos de angustia y dolor es el mejor bálsamo que restaña toda herida por muy profunda que sea. Desde el Sagrario habla a nuestro corazón diciendo: " Acércate a Mi, abrigate en Mi, que Yo te cuido y te protejo". Escuchar esto en un corazón destruido por el dolor supone un descanso, el llegar a casa porque te van acoger con los Brazos abiertos y necesitamos, cuando hasta el alma llora de tristeza, recibir el Abrazo de Dios. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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