Buen día nos de Dios. Todo lo que termina vuelve a empezar. Llegó el fin de semana para nuestro descanso y hoy otra el lunes del comienzo de nuestras obligaciones. Así siempre mientras Dios lo quiera. Comenzar mal es hacerlo de forma incompleta, el hacerlo bien o al menos com la mayor garantía es llenarte de satisfacción. ¡Qué bien se está cuando se está bien! No valoramos el sentirnos bien hasta que perdemos las fuerzas, en verdad no valoramos casi nada hasta que lo echamos en falta. ¿Por qué esperamos siempre hasta el límite de nuestras fuerzas para ver nuestra realidad? Somos hijos de Dios y cuando nos sentimos desamparados no corremos a los Brazos de nuestro Padre, como lo hacíamos en nuestra niñez, y reconociendo nuestra humildad pedimos Su Protección. ¿Tanto nos cuesta admitir nuestras flaquezas? Yo me siento débil porque así lo soy y toda mi fortaleza radica en la que Dios me da. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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