Buen día nos dé Dios. ¡Ayudame Señor a perseverar! Todo se consigue con esfuerzo y dedicación, en cambio con indolencia poco o nada. Si quieres conseguir poner tu necesario grano de arena en la gran playa que es la vida, debes esforzarte y ser constante porque cada segundo cuenta ya que no sabes cuando será requerida tu presencia ante el Padre. Para una cosa sencilla hace falta esfuerzos de horas, para llevar a cabo nuestra misión evangelizadora hay que ser muy constantes y perseverantes. Es verdad, muchas veces el animo se apaga, nos inunda un hastío que pueda provocar nuestro intento de abandono. Somos seres humanos y estamos expuestos a esos avatares. De ahí cuando en nuestros ratos de oración le pidamos al Padre que nos otorgue la virtud de la perseverancia para que con Su Luz Salvifica nos de las fuerzas necesarias para llevar a cabo la misión de nuestras vidas. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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