Buen día nos de Dios. ¡Haz el bien con todas tus ganas, con todas tus fuerzas! No sabemos cuando el Señor nos llamará a Su Presencia ni cuando vendrá erigido en Majestad. Por eso debemos estar preparados y con las alforjas llenas de lo que verdaderamente importa. ¿De que nos valen todas las riquezas si después las dejamos aquí? Muchos centran su vida en objetivos materiales, que si el mejor coche, el mejor ordenador, el mejor móvil, la mejor ropa... Así toda la vida, malgastando y malgastandola. Cuando llega la hora principal, la del Encuentro con el Padre no le podemos presentar baratijas sino los verdaderos tesoros que han iluminado nuestras vidas: Caridad, humildad, mansedumbre, fidelidad, integridad, coherencia, entrega. .., en definitiva: AMOR. Lo demás se queda en este terrenal mundo. La cartilla del Banco de Dios quiere Obras y no intenciones. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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