Buen día nos de Dios. Hay días que lo haces todo corriendo. Preparas el café y te sale mal, te viste aprisa, vas con la lengua fuera a tu trabajo o ocupaciones, estas acelerado a cada segundo y cuando ya de noche te acuestas y piensas: ¿En qué me ha cundido el día? Y una extraña sensación de vacío nos inunda. Por eso es muy recomendable el tener nuestros minutos para Dios. Reflexiones, meditaciones, rezos que nos sosiegan el alma y hacen que la jornada se disfrute más y mejor porque no nos sentimos solos ante todas las adversidades sino que tenemos la mejor compañía, el mejor apoyo que podemos tener: DIOS. Que estos minutos de reflexión que compartimos nos puedan servir hoy de mucho. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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