jueves, 22 de agosto de 2013

desde el tren. 22 de agosto.

Buen día nos de Dios. ¡Qué triste es estar malhumorado desde primera hora de la mañana! Los hay que se levantan y acuestan de esta guisa y de esa forma transmiten su malestar y amargura a todos los que lo rodean. ¡Así está todo el mundo! La crispación pulula por todos los sitios extendiéndose como una auténtica lacra. La infelicidad penetra en todos los poros de una Sociedad cada vez más alejada de todo cuanto nos reporte de la misma. Parece que todos necesitamos estar tristes y enfadados con todo el mundo haciéndolo saber al resto desde que nos levantamos. En nuestros puestos de trabajo, en casa, con los amigos, el tema principal es expandir la amargura que sentimos y lo frustrados que estamos. Y siempre me pregunto: ¿Tenemos derecho a sentirnos así cuando hay tantas personas carentes de todo, muriendo en sangrientas persecuciones, y sintiéndose verdaderamente mal? Para colmo son precisamente las personas que están mal las que nos dan ejemplo de fortaleza y esperanza. Obviemos de nuestras vidas nuestras "pobres" miserias y volvámonos a quien es Felicidad plena y que lo llena Todo: Volvamos nuestros ojos a Dios y todo en nuestra vida cobrará el sentido que realmente tiene. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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