Buen día nos dé Dios.
Cuando veo un rebaño de ovejas pienso en esa clase de tranquilidad que es el seguir desde la confianza a quienes las dirigen.
Las ovejas podrán parecer tontas y que viven en calma pero también sienten miedo, se sienten inseguras ante lo que les descuadre los esquemas.
No se confían enseguida pues siempre temen la aparición de aquél zorro que las ataque hasta hacerlas morir.
Y es que el rebaño no se confía a cualquiera...
Ser pastor no es solo dirigir el rebaño, es cuidarlas, buscar las pérdidas, es pasar horas y horas vigilante para que no les pase nada, es curarles cuando estén heridas, es poner todos los medios para que estén seguros, darles su pan de cada día, es vivir por ellas y para ellas también.
Entonces las ovejas se sentirán bien con el pastor bueno y generoso al que quieren, confían y hacen según su voluntad.
El rebaño somos nosotros y Jesús nuestro Buen Pastor que da su vida cada día por sus ovejas. Los pastores son nuestros sacerdotes, nuestros diáconos que sirven a la grey porque saben que haciéndolo sirven con sus vidas a Dios nuestro Señor.
Os deseo una buena noche, feliz descanso, y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario