Buen día nos dé Dios.
Ayer el Señor nos regaló momentos que son capaces de abarcar todos los sentidos en un atardecer único, lleno color que inundaron todo el firmamento como si este fuera un lienzo que estaba siendo pintado por el mejor de los pintores.
Y estas imágenes que te envolvían y embriagaban estuvieras donde estuvieras Jesús nos volvía a indicar que aunque podamos pensar que el ocaso es algo triste, sombrío, lleno de melancolía también puede ser inmensamente bello, colorido que llega a extasiarte pues compruebas en primera persona que la oscuridad, la negritud, está más en nuestros corazones, en nuestros miedos, en nuestros pensamientos y que la realidad es bien distinta porque hasta de las peores situaciones Dios saca lo positivo, lo que hace que abramos nuestras almas a la suprema Belleza que es Él en resumidas cuentas.
Sí, pienso que el anochecer de ayer en este bendito lugar llamado Villaluenga del Rosario fue muy esperanzador y ciertamente catequético pues pudimos ver la Mano de Dios que movía los pinceles, las espátulas, para dibujar en el lienzo de nuestro propio corazón la grandeza de su Amor por nosotros que hace que seamos sensibles para vislumbrar la Belleza que tiene preparada para cada uno de sus hijos y solo espera el momento en el que estemos preparados para enseñarnos tan valiosos lienzos que dan luz, color y alegría a nuestra propia existencia.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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