lunes, 7 de marzo de 2016

7 de marzo. Cómo agua fresca.




Buen día nos de Dios.

Tenemos que lograr que nuestra vida sea fuente de agua pura, fresca, saciante, vivificadora, como las que discurren de esos manantiales nacidos en plena montaña.

Agua fresca para el sediento de alegría, esperanza, Amor, Misericordia...

Agua fresca para limpiar al que se encuentre sucio de tantas mezquindades, maledicencias, ingratitudes, orgullo, soberbia, rencor...

Agua fresca para animar y refrescar al cansado, al agotado, al apartado del camino...

Agua fresca y pura que la puedas beber siempre que quieras.

El agua fresca de mi vida es Jesús fuente inagotable de Amor y en esa nos debemos detener para tomar nuestra medida y seguir el trayecto.

Dios no nos quiere flojos, tristes, apáticos y llenos de desesperanza sino alegres, vivos y frescos como agua de manantial, como agua de vida.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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