Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
Ante el imponente cielo que se abre ante nuestra mirada y el sol está ahí enclavado que parece estático aunque a cada minuto que pasa va cambiando de posición me gusta reflexionar a corazón abierto.
Dios hace salir el sol para todos, para justos e injustos, para los buenos y los que no lo son tanto, para los niños, jóvenes y abuelos, para el que corre montaña arriba o pasea mesuradamente por la verea de su vida, para los que empiezan y para los que ya van terminando, para todos y cada uno de nosotros desde el principio hasta el final.
Para los soñadores, para los poetas, para los prágmaticos, para los que embellecen la vida, para los que escriben dibujando o dibujan escribiendo, para los músicos, para...
Todos somos necesarios y todos podemos aportar nuestro granito de arena ante la inmensa playa que es la humanidad donde cada persona es un granito de fina arena.
Nadie debería considerarse desechado, apartado, eliminado y solo que el vive para el mal y haciendo daño gratuito se le debe reconducir, con palabras, gestos y obras, hacia el camino del Amor que es el que Jesús nos enseñó y nos enseña cada día de nuestra vida y más en este tiempo cuaresmal que tanto bien nos hace.
Ese sol que luce, brilla, ilumina y caliente es regalo de Dios para todos sus hijos sean quienes y como sean.
Cuando te asomes a tu ventana o simplemente salgas a la calle no mires tanto para el suelo y fija tu mirada en ese imponente cielo pues sentirás en tu corazón inmensa gratitud por este impagable regalo de Dios como es un nuevo día.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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