Buen día nos de Dios.
Señor, cuando me cuentan, me dicen, comparten preocupaciones conmigo en las que solo puedo aportar mi escucha, mi apoyo, mi oración miro al cielo para buscar la mirada del Padre.
Sé que no tengo respuestas aunque sé que se las darás y le ofrecerás la solución a los que con tantas vicisitudes no pueden siquiera conciliar el sueño.
Señor, no todos han comprobado que la solución no es esta ni aquella sino abandonarse en tus brazos redentores donde todos y sobretodo los afligidos encuentran su descanso.
Ahí radica todo aunque siendo tan fácil es verdaderamente complicado no de entender sino de asumir.
Ahí, en definitiva, radica la Fe.
Y cuando caminamos por esos túneles de la vida, cuando la negritud lo envuelve todo si nos ponemos en manos del Señor alcanzaremos distinguir ese foco de luz que nos guía y que es simple y llanamente la mirada de Dios.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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