lunes, 21 de marzo de 2016

21 de marzo. Lunes Santo de reencuentros.


Buen día nos de Dios.
El Señor ha dispuesto que viva un nuevo Lunes Santo y distinto unos de otros como ha sido siempre en mi vida.
Hace tiempo aprendí que lo mejor es dejar que Dios actúe en mi vida según su voluntad porque al final sale lo que Él quiere para mí y así me ahorro enfados y berrinches innecesarios.
Hace tiempo que aprendí que dejar al Señor en tu vida es hacer la misma más tranquila y sosegada.
Desde hace dos años vivo de otra manera el Lunes Santo. El de 2014 fue el del dolor, la enfermedad, de la postración y de la Fe vivida para dentro.
El de 2015 fue el de la lejanía, recuperación a base de esfuerzos, sacrificios, dolores y mucha paciencia. También fue de la Fe gozada desde lo más íntimo y personal.
Y este Lunes Santo de 2016 será el del reencuentro. De Fe vivida de dentro para fuera, de vivencias compartidas. Quiero que mi reencuentro, si Jesús lo permite, sea en la calle, en esa esquina que lleva tanto tiempo esperándome y donde quiero iniciar de nuevo mi camino de los que nunca se apartaron de mi por más lejano que estuviera.
Si, un nuevo Lunes Santo donde espero a Cristo y María engalanado como esta bella y coqueta calle que también mira la hora de que la pase de nuevo Jesús.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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