Buen día nos de Dios.
El día a día nos absorbe tanto que cuando menos nos queremos dar cuenta estamos agotados.
Y no es un agotamiento físico sino mental y si no mimamos nuestra vida de Fe también la espiritual.
El cansancio espiritual es demoledor porque hace que perdamos hasta la Esperanza.
Cuando perdemos la Esperanza ya podemos decir que realmente estamos rendidos porque nos falta esa necesaria batería que hace que nos levantemos cada mañana.
Pongamos los medios, no esperemos llegar hasta el final, no vivamos en esa linde que nos lleva a la nada.
Descansemos cuerpo y mente e insuflemos nuestro espíritu con mucho Dios y con la ayuda de un sacerdote que nos guíe, alimentemosno con la Eucaristía, comulgar el Cuerpo de Cristo, pasar horas frente al Sagrario, meditar el Evangelio y abrir el corazón a Jesús que todos los días se entrega por nosotros a base de Amor en la Misericordia.
A lo mejor estamos cansados físicamente, aturdidos mentalmente pero llenos de la Alegría, de la Esperanza, del Amor de Dios en nuestras almas y entonces no nos sentiremos cansados pues sabemos que siempre en Jesús encontramos nuestro descanso.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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