Buen día nos dé Dios.
Amanece una nueva semana y siempre lo hace de forma hermosa lo malo es que nosotros no sabemos apreciarlo y en todo caso ni siquiera nos llegamos a fijar.
Cuando termina cada domingo que es el día del Señor aunque poco tiempo le dedicamos a Él siempre pensamos con demasiado hastío lo pesada que se nos volverá hacer la nueva semana que viene cargada de responsabilidades, obligaciones, compromisos, pocas horas de descanso y algunos tendrán hasta ratos de aburrimiento.
Una nueva semana, como cada día que amanece, es un precioso regalo de Dios pues si siempre estamos pensando en clave del viernes la verdad es que la vida se nos va pasando demasiado pronto y tampoco es eso...
Por ejemplo si no hubiera empezado la semana y tener que incorporarme a la divina rutina laboral no me habría encontrado de golpe y porrazo con una imagen única donde las nubes bajas y la niebla densa aparecen por debajo de las montañas creando un instante inmensamente bello. Este tipo de Belleza es efímera como lo es todo en esta vida pero hay que saber parar, bajarse, admirar, respirar hondo el frío aire puro y seguir camino dando gracias a Dios que en su inmensa Bondad nos ha vuelto a regalar un nuevo día para hacer lo que debamos, para cumplir con nuestras funciones, siempre desde un punto humanista, desde ese punto de alegría y solidaridad con los demás que te vivir cada día, cada hora, minuto o instante desde la Fe.
Por eso y por tanto os deseo un Feliz lunes y semana.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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