jueves, 23 de mayo de 2019

23 de mayo. Señor, no me abandones.

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Buen día nos dé Dios.
Cuando uno está tan cansado de recibir golpes, cuando solo ve infamia, cuando se siente tan solo Dios se lanza en nuestra ayuda y nos ofrece caminos para seguir creyendo en la Bondad, en el Amor, en la Verdad.
El Señor nos ofrece también el camino de los salmos donde cada vez nos podremos sentir reflejados...
"Los que atentan contra mí me tienden lazos, 
y los que buscan mi ruína me amenazan de muerte, 
todo el día proyectan engaños.

Pero, yo como un sordo, no escucho; 
como un mudo no abro la boca; 
me parezco a uno que no oye 
y no tiene nada que replicar.

Mis enemigos mortales son fuertes; 
y son muchos los que me odian sin motivo, 
los que me retribuyen con maldades 
y atacan porque busco el Bien.

Pero tú, Señor, no me abandones, 
Dios mío, no te quedes lejo de mí; 
¡Apresúrate a venir en mi ayuda, 
mi Señor, mi Salvador! 
(Sal 38, 13-15; 20-23)

¿Cuántas veces nos hemos sentido así? ¿Cuántas veces nos herido con la infamia, con la más brutal persecución? ¿Cuántas veces nos han arrastrado por los más pedregosos caminos de sembrar la duda sobre nosotros? ¿Cuantas veces no nos han ajusticiado delante de los que se creen justos por solo buscar, por solo intentar hacer el Bien?
En este salmo queda reflejado nuestras angustias y la forma que más agrada a Dios en encarar la situación. ¡Desde el Silencio y la Oración!
No olvides que si te ofenden y te defiendes Dios te deja hacer pero si callas y no entras en esa disputa el Señor, que es Padre Bueno, hace hablar hasta las piedras para restituir la dignidad del inocente.
Tendríamos que confiar más en Dios, que Todo lo puede, y dejarle actuar en nuestras vidas como Él quiera pues pienso que seríamos mucho más Felices.
¡Feliz jueves!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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