Buen día nos dé Dios.
Todo en la vida si no lo sabemos manejar bien se convierte en algo indeseado. Las redes sociales son un ejemplo de ello.
Hoy detendré mi reflexión en los famosos grupos de WhatsApp que pueden ser creados para mil cosas, acontecimientos, o para organizar eventos.
Los que pertenecen a asociaciones e instituciones muchas veces saltan chispas porque entre uno que dice algo y el otro que dice lo de más allá siempre hay quién se molesta aunque no suelte las patas por lo alto. He conocido algún grupo de entidades a las que pertenezco o simplemente me metieron que por discrepar con el administrador del grupo de WhatsApp desde un posicionamiento educado lo mejor que puede pasar es que no haya respuesta y cuando pasa unos minutos ves como te han "eliminado" del grupo.
Los grupos de WhatsApp que se crean para mantener la unión entre buenos amigos prevelece las bromas, compartir momentos importantes, y organizar alguna quedada. Los grupos que se crean para celebrar un aniversario, santo u otra cosa suele pasar lo mismo que el de los amigos aunque de vez en cuando puede haber algún pique que otro.
Pero los que son eminentemente profesionales o pertenecen a asociaciones o entidades se garantiza bronca asegurada porque al parecer se traslada toda la frustración de uno a los demás creando un ambiente hostil cuando menos. En líneas generales se mantiene información entre los miembros pero en cualquier momento puede saltar la chispa y cuando te quieres dar cuenta tienes almacenados 485 mensajes que han agotado media batería y lo único que te salva es tenerlo silenciado que así lo tengo a todos en los que estoy.
Si eres tú el que abandonas el grupo porque estás hasta la coronilla del mismo quedas hasta mal aunque tú te sientas tan bien.
Por eso he empezado que todo en la vida hay que saber manejarlo bien, no implicarte en guerras que ni son las tuyas y que además están perdidas que en verdad lo que puedes sacar es más enfados que otra cosa. Esta situaciones te complican la vida y desperdiciar esfuerzos en cosas tan nimias no vale para nada la pena.
Hay que saber manejar cada situación para que no te afecten a tu tranquilidad, sabiendo que todos no tenemos por qué tener la misma opinión, entendiendo el parecer del otro e incluso comprenderlo y si no te afecta directamente obviar la conversación que en cada momento se plantee porque no vale la pena, no vale la pena el sofoco, la indignación e incluso la tristeza que te puede ocasionar el perder una "amistad" por un caletón en un determinado grupo de WhatsApp.
Vivimos en una sociedad donde la crispación campa a sus anchas, donde todos parecemos estar enfadados con el uno y con el otro así como con nosotros mismo y pienso que no debemos seguir así, que tenemos que cambiar de actitud ante la vida, que debemos cambiar el rictus y poner una sonrisa en nuestra cara, necesitamos mirar con ojos de Esperanza la misma vida, necesitamos como el comer seguir junto a Dios que hace que veamos la vida desde otra perspectiva, con una visión mucho más humana, donde el Tu prevalezca siempre al Yo, donde estemos menos interesados en las redes y en los grupos de WhatsApp y más en quién tenemos frente a nosotros, ese que no conocemos y que lleva toda la vida a nuestro lado pero que perdimos de vista porque solo tenemos ojos para la pantalla.
¡Feliz martes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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