Buen día nos dé Dios.
Está en boga los libros de "autoayuda", libros que se editan en gran cantidad y que son muchos los que los adquieren porque en esta sociedad en la que tenemos tanto y más adolecemos de algo que no alcanzamos a tocar, que se nos pone muy cuesta arriba el conseguirla y que no es otra cosa que LA FELICIDAD.
Todos queremos ser Felices pero no todos conseguimos el serlo. ¿Por qué? ¿Qué nos pasa?
A lo mejor identificamos la Felicidad con el mejor coche, la mejor casa, las mejores vacaciones, el mejor de los trabajos, la mejor de las vidas, los mejores y mayores reconocimientos y claro nos ponemos el listón tan alto de la propia Felicidad que al final no somos capaces de llegar a él, de llegar a conseguirla.
Y aunque lo consigamos todo tampoco nos sentiremos plenamente Felices porque en cuanto lo tengamos desearemos otras cosas muchos mejores porque saldrán mejores, coche, se construirán mejores casas, se podrán disfrutar de mejores vacaciones e incluso existen muchos y mejores trabajos haciéndonos creer en nuestra mentalidad puramente materialista que nuestra vida no es la mejor que al poseer más y más viviremos mejor que mejor...
Después aparece la frustración, la amargura, la decepción personal, la baja autoestima, y entonces vemos que hemos construido nuestra casa en una ciénaga y sus cimientos son de barro. En ese momento nos convertimos en poseedores de libros de autoayuda que nos dicen todo lo mismo, aunque cuesten de forma diferente, pero que al final no consiguen el resultado deseado porque simplemente ellos venden fórmulas muy bonitas de palabras pero de muy difícil de poner en práctica pues nosotros ponemos nuestra ilusión en algo que termina y no en lo que prevalece.
Por eso pienso que el mejor libro de "autoayuda" que tenemos los cristianos es el EVANGELIO donde se nos muestra un itinerario de vida, que no tiene por qué ser fácil, que no tiene que lo mejor de lo mejor aquí en la Tierra, pero que nos hace Felices desde lo más hondo de nuestro corazón.
Y dentro del Evangelio, aprovechando este imprescindible tiempo cuaresmal, el Camino de las Bienaventuranzas nos abre las puertas de la Paz, de la Felicidad, del Amor porque somos capaces de aceptar nuestra cruz, confiamos en Dios que nos hace ser misericordiosos. Ese es el sencillo camino a la Felicidad que no es la del mundo que nos intoxica, nos vicia y entristece sino la del Señor que se muestra a cada instante y su mensaje de Vida, la mejor que se puede tener, se hace perceptible si somos capaces de alejarnos de la dictadura del ruído para cobijarnos en la inmensidad del silencio.
¡Feliz miércoles!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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