Buen día nos dé Dios.
Empieza la semana, empieza la rutina, empieza lo que llamamos el día a día...
Y aquí en España afrontamos la última semana de contienda electoral que desembocará el próximo domingo que elegiremos los miembros de las Cortes Generales y al día después empezará todo de nuevo para bien de algunos y para mal de otros.
¿Es la vida una contienda?
Frentes hay muchos, intereses demasiados. Sí, podríamos denominarla como contienda aunque me niego vivir batallando pues es demasiado cansino y además una pérdida de tiempo.
Ser coherente te hace enfrentarte a muchos pero vale la pena porque si no lo fueras te estarías traicionando a ti mismo lo que te hace convertirte en el gran perjudicado. Una vida sin coherencia es una vida demasiado ambigua y piensa que hagas lo que hagas no le vas a caer bien a todo el mundo.
Pero una cosa es tener enfrente a muchos que llevan la incoherencia de vida como bandera y otra muy distinta el que te sumes en mil contiendas que hagan de tu existir una verdadera pesadilla que te agota, te resta un tiempo precioso que puede dedicar a lo que en verdad importa y que además no soluciona nada.
La vida hay que vivirla sin más ni más. La vida no es una guerra en eso la estamos convirtiendo nosotros. La vida es un regalo de Dios, un inmenso regalo al que no le damos la suficiente importancia. La vida es darse a los demás pero desde el corazón, desde la gratuidad, desde el altruismo, y no mirando que intereses interesan cada vez.
Cuantificar y valorar según el mundo todo lo que haces es restarle toda la importancia que en verdad tiene.
¿Es la vida una contienda? Pienso que no. La vida es un don y un inmenso regalo que hay saber aprovechar para hacer sobre todas las cosas el Bien.
La vida es ver un amanecer como el de la imagen y saber dar gracias a Dios por poder admirar una imagen que dura un instante.
¡Feliz lunes y semana!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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