Buen sábado Villaluenga.
Buen sábado nos dé Dios.
Te doy las gracias Señor por la Fe que me has regalado, que han guiado mis padres, que se ha nutrido en un apostolado único como el cofrade, que ha ido madurando con el pasar de los años y no hay decepción, ni malos gestos, ni mal ejemplo, ni malos modos de quienes viven la misma que me aparte de la senda que has dispuesto para mí porque mi Fe es fundamentada y mi fundamento de vida eres tú Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Y cuando te veo clavado a la Cruz mi corazón da un vuelco y se enamora más de Ti, de Tu inconmensurable Amor, de Tu forma de darte, donarte, entregarte por todos nosotros.
¡Qué ejemplo de vida nos das Jesús y que poquito provecho le sacamos a tantas enseñanzas!
Gracias a la jerezana Hermandad de la Redención Salesiana he podido verte y comprobar como se yergue la Fe que se cimenta mejor con el árbol de la cruz. En la Cruz encontramos la verdad de nuestra vida y también comprobamos el grado de hondura de nuestra propia Fe.
Sí, la Fe se erige en miedo del mundo que está algo perdido por propia decisión como faro que ilumina a tantos perdidos encuentren el buen puerto de la Salvación, de la Redención, de la Misericordia.
La Fe se alza a los mismo cielos y nos dice a todos que nosotros no somos ciudadanos de este mundo sino del Reino de Dios al que debemos servir sin fisuras aunque comprometiéndonos con el aquí y ahora de la tierra.
La Fe, mi Fe, la de todos, se tiene nombre y se llama Jesús y en ella me abandono, en ella me siento Feliz, me siento en Paz.
Que María que es Madre de la Iglesia y nuestra Esperanza sepa llevarnos de su mano, como lo hacían nuestras madres, por el camino de la Fe y que seamos unos cristianos consecuentes en un mundo demasiado incoherente.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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