Buen día nos dé Dios.
¿Os habéis dado cuenta la cantidad de perfiles que existen en las redes sociales que lo único que hacen es vigilar lo que haces o publicas en las mismas?
¡Muchos! ¿Verdad?
Algunos son perfiles falsos, otros totalmente desconocidos que llegan a ti porque "conocen" a amigos tuyos y otros son esas amistades que nunca en verdad lo fueron y aprovechan la mínima jarchear de ti.
¡Cómo está el patio!
Sí, un patio de aburridos que pierden la vista en ver algo malo en el otro cuando estos tienen una cegadora viga en sus ojos que desvirtúan cuanto hacen los demás y si no se lo inventan porque estos aburridos que están cegados por tanto odio, tanta maldad, lo que en verdad intentan es hacer el máximo daño posible porque llevan esa máxima a sus vidas de que "injuria que algo queda".
En verdad algunos nos quieren callados porque cada vez somos menos alzando la voz en el desierto de la hipocresía de los que son capaces por ejemplo de criticar a las cofradías pero se mueren por lucir sus galas delante de ellas. Son capaces de de defender dignidades de todos pero apoyan el aborto, la eutanasia, o las mil ideas que nos quieran imponer desde cualquier orbita de poder. Una imagen dice más que mil palabras pero hay palabras que dichas desde la coherencia de vida en la Verdad que es Dios velan cualquier imagen que en verdad es retratar un instante y este puede ser modificado a placer de los que encuentran su placer en estas cosas.
Molesta que lleves una vida en la coherencia y en la valentía de pensar, decir, escribir, hacer o reflexionar dejándote hacer según los designios de Dios, Uno y Trino, así como aceptar mansamente su voluntad sea cual sea. Molesta que vivas desde la normalidad. Molesta, y mucho, que seas Feliz, con tu mujer, con tu marido, con tus hijos, con tus padres, con tu familia, con tus amigos. La Felicidad molesta a los que nunca se sentirán felices del todo porque cada noche, cuando apagan el interruptor del día, en medio de la soledad suena más fuerte la voz de la conciencia y esta no se calla, te dice todo al oído y no hay pastillita que te haga dormir...
Molesta que seas una persona entregada a la Iglesia, que valores y defiendas a sus pastores, que reces por todos los sacerdotes sin excepción, que pidas que el Señor perdone a todos esos que son lobos con piel de cordero. Molesta el Bien, la Bondad, la Misericordia, el Perdón, la Oración, el tener Esperanza...
Molesta y mucho que compartas una comida con tus amigos aunque otros puedan hacerlo sin más ni más...
Molesta que disfrute a tu manera, que no hagas daño a nadie, que vivas no según nuestras apetencias sino acatando como lo mejor que te puede suceder la voluntad del Señor. Molesta y mucho que te sientas enamorado de Cristo e intentes llevar sus métodos, su Palabra de Vida a la tuya...
Y como molestas cada vez que te levantes y te acuestes, cada vez que digas o permanezcas en silencio, cada vez que haga algo, existen esos merodeadores del espacio digital que vigilan tus pasos por estas calles de la red donde nos encontramos todos los días y que no olvidemos en una extensión de la propia vida.
Seguramente esos que te vigilan con el único fin de hacerte algún mal ya sea por jarcheo o como medio de persuación para que simplemente te calles y desaparezcas del mapa están más cerca de ti de lo que te imaginas, seguro que tras ese perfil hay una o varias personas que conoces muy bien y que confirma esa teoría de que siempre habla quién tiene más que callar...
De los cobardes, de los que miran para otro lado o esconden la cabeza bajo tierra, de los que ni quieren mirar no vaya a ser que se fijen en ellos, de esos nadie escribirá nada y sus vidas pasaran sin haber siquiera marcado la pisada en su particular camino.
Solo de los que hablan y alzan la voz en el desierto de la impiedad, de la mentira e hipocresía, los que agarrando su cruz son capaces de hacer suyo el Evangelio y aunque lo "crucifiquen" a diario por medio de la burla, el descrédito, la ofensa, el desprestigio, el deshonor, la mentira hecha infundio, no importa porque ya nos dejó dicho Jesús que los perseguidos por su causa son unos bienaventurados.
No hay nada en el cielo y en la tierra que quede oculto y Dios, que es Misericordioso y también Justo, protege siempre al inocente y descubre a los que están detrás de las máscaras con el que quieren pretender un medido anonimato mientras tiran la piedra y mil veces esconden la mano...
Tenemos que ser valientes, ser consecuentes, y sobre todo abandonarnos en las manos de Dios y hacer oídos sordos de los que hablan desde la maldad y la mentira.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.