Buen día nos dé Dios.
Viernes después de Ceniza, día penitencial de abstinencia para todos los que conformamos la Iglesia Católica. Día para pensar, para reflexionar, para meditar.
Soy de esos que lleva demasiado tiempo soportando el foco de la atención y no hay movimiento que haga, palabra que escriba o diga es analizado al milímetro y todo puede ser motivo de crítica más o menos objetiva, que esa siempre es de agradecer, así como también de chanza que esa en verdad ni la tengo en cuenta.
¿Cómo se puede soportar el foco de atención permanente a todo cuanto hagas o digas? Pues desde la Serenidad, desde la coherencia, desde la tranquilidad de conciencia. Cuando tú estás tranquilo tomas todo cuanto venga con tranquilidad, cuando tú estás sereno tomas la vida y sus circunstancias con serenidad, cuando tú pones tus afanes en manos de Dios te encuentras en paz porque sabe que Él, que es Señor del Tiempo, pondrá a cada uno en su lugar, en el que se merece, en el que ha trabajado con todas sus fuerzas para estar ahí.
Yo, permitidme, siga mirando desde la mesura todo cuanto acontece, permitdme que nada me afecte de los focos que se proyectan en mi ser porque siendo tan pequeño, tan ínfimo, tan débil, todo lo puedo en Aquél que me Conforta. Cuando se trabaja por causas ajenas debes rendir cuentas de las mismas, cuando lo haces por Dios y la Madre Iglesia no esperas ni la vanagloria ni la crítica desmesurada del mundo sino que en el fin de los días poder mirar al Señor y que Él juzgue si las obras de amor y misericordia son merecedoras de su piedad o todo lo contrario.
Cuando uno está permanentemente en el "foco" de la atención, tu rostro es conocido por propios y extraños, por el solo hecho de intentar ser coherente con lo que piensas, opinas o crees, debe estar suficientemente preparado para ello pues tienes que hacer que los focos no te deslumbren, que no cieguen tu caminar, que desvirtuen tu realidad, que impidan vivir según conciencia en plena Libertad.
Esa Libertad que nos lleva a la Verdad es la que tenemos que conseguir mantener siempre porque la una sin la otra pierde sentido.
Y permitidme siga manteniendo este sepulcral y respetuoso silencio lleno de prudencia, serenidad y pleno de tranquilidad de conciencia mientras los focos se dirigen a mí para bien o para mal pues algún día se apagarán aunque ya os digo, porque de todo se aprende, ya nada volverá a ser como antes pues Dios nos ofrece la oportunidad de aprender de lo bueno y también de lo que no lo es.
Hoy viernes penitencial me abstengo de todo lo que no sea dar gracias al Señor que cada día me da las pautas que deben regir mi vida por medio del Evangelio.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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