Buen día nos dé Dios.
Tengas la edad que tengas siempre hay un momento que dice: ¡Qué viejo estoy!
Y me pregunto: ¿Nos sentimos viejos o somos viejos?
Sí, porque una cosa es sentirse, otros es serlo y otro parecerlo.
Conozco a algunas personas que desde jóvenes han llevado una vida "viejuna" y no es porque hayan madurado antes sino porque han querido ser viejos desde siempre y cuando les llegó esa etapa de la vida echan la vista atrás y comprueban todo lo que han dejado por hacer, todo cuando tenía que haber hecho y ya no pueden porque se han encontrado de golpe y porrazo con las limitaciones propias de la edad que no son fáciles, nos pongamos como nos pongamos, de digerir. En esa pretensión vital de ser mayor no entra ni por asomo los dolores, los achaques, lo que es propio cuando se tiene el privilegio de llegar.
Esto podría ser un caso de sentirse mayor pero no lo eres, el ser viejo antes de tiempo, y es un claro síntoma de llamar la atención pues de otra forma pasaría totalmente desapercibido.
Ser mayor es haber vivido la vida como Dios ha dispuesto para ti, es haber hecho los deberes y ahora que has vivido las etapas normales de la vida pues has sido niño cuando eras niño, has sido joven cuando has sido joven, has sido adulto cuando has sido adulto, has alcanzado la madurez de la vida que es sendero que te lleva a ese último tramo de la vida que podrá ser más luenga o más corta pero que hay que saber entender, comprender, e incluso degustar.
Ser mayor no quiere decir que ya no sirvas para nada pues pienso que es al revés pues haces no desde la fuerza, que cada día son menos, sino desde la inteligencia. Ser mayor y ser activo, tener proyectos, tener propósitos, tener ilusión, tener Esperanza. Ser mayor pero con un corazón siempre niño que mantenga intacta esa pizca de inocencia tan primordial para encarar la misma vida. Y hay que ser mayor y haber alcanzado la sobria madurez para vivir la Fe con autencidad que es la única manera de acatar todo lo que Dios ha dispuesto en tu vida con la mayor de las alegrías porque sabes es bueno para ti y para cuando ese momento, lejano o no, que tengamos que ponernos frente a Frente.
Os puedo decir que he vivido mi vida según la etapa que correspondía y ahora disfruto de la madurez propia a mi edad, la disfruto porque es tiempo de contemplación, de pensamiento, de actuar ante las circunstancias de la vida desde el amor y el razonamiento. No tomar ninguna decisión ni en los momentos de alegrías ni tampoco en los de indignación pues ambos estados deforman la realidad. Si llego a mayor será una gracia de Dios y si no..., también.
Vivamos nuestra vida según sus etapas, no queramos saltarnos ninguna porque al final comprenderemos que no sirve para nada y tan solo asumes que por tu propia obstinación has perdido gran parte de la vida.
¡Feliz lunes y semana!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario