Buen día nos dé Dios.
Viernes de Cuaresma, viernes que nos invita a la penitencia, al ayuno de tanto y la abstinencia de mucho que no somos capaces de alejar por unos instantes de nuestra realidad.
Último viernes del invierno que aquí, por estos lares de España, parece ya se fue porque el sol ilumina y alegra nuestro devenir diario.
El próximo miércoles 20 de marzo, justo después de la preciosa Festividad de San José, volveremos a vivr una nueva primavera que esa estación donde se realza el color pues las flores empiezan a poblar cada rincón incluso bordean caminos y carreteras donde las amapolas se juntan con las margaritas o los lirios del campo formando un friso inigualable.
Cuaresmal primavera donde no nos engañemos vendrán días nublados, fríos, tormentosos, pero volverá la normalidad que es vivir en una estación que se asemeja y mucho con la Belleza.
El olor a azahar se mezcla con el incienso que envuelve los templos o el perfume de esos roscos que nos invitan a una nueva Semana Santa. Olor, color, vida...
¿Quién ha dicho que la Cuaresma debe ser triste? ¿Quién ha dicho la penitencia nos deba producir dolor? Cuando tu ofreces un sacrificio personal al Señor lo tienes que hacer con alegría y por supuesto sin que se te note porque Dios le gusta ver en lo escondido, que tu mano derecha no sepa lo que hace tu izquierda, que ante lo público y notorio.
La Caridad, bien entendida, en servicio a los demás, el entregarte al Señor por medio de nuestros hermanos tiene que ser algo personal, íntimo, porque si no pierde su condición salvífica ya que lo que buscamos es la anuencia y reconocimiento de los demás. Dios prefiero que lo que hagamos no lo demos a conocer pues eso es cosa entre tú y Él.
En cambio a la hora de evangelizar, a la hora de dar la cara, de defender la Fe, a la Madre Iglesia, siempre tan vilipendiada, a sus pastores y quienes la conformamos debemos hacerlo en público utilizando las tribunas que Dios nos dé en ese preciso instante. Cuando más silencio, vergonzante, más palabras claras, cuantos más insultos y menosprecios, más rotundidad en el mensaje en el que se manifieste el Amor hecho Misericordia y Perdón hacia esos que te ofenden a ti por ser de Dios.
Sí, el sacrificar tu persona y prestigio por la Iglesia y por la Fe en medio del mundo es también una forma de hacer penitencia, ayunar en insultos mientras te difaman es una forma de hacer penitencia, ayunar de tu propia defensa mientras te arrastran es también hacer penitencia...
Hacer penitencia no solo es flagelarte sino ofrecerte al escarnio por defender la Fe y saber encajar todo como esas pruebas que necesitas para recorrer ese camino que te lleva a la salvación.
¡Qué nadie te quite la alegría de ser cristiano! ¡Qué nadie te quite la alegría de sentirte de Cristo! ¡Qué nadie te quite la alegría de ofrecerte para llegar a ser de Cristo hasta las últimas consecuencias!
¿Eres al 100% de Cristo? ¡Pues sé Feliz aunque sea en medio de la más dura adversidad!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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