Buen domingo nos dé Dios.
Pienso que siempre es bueno, estemos o no en Cuaresma, el leer y meditar los Salmos porque nos abren ventanas donde habían puertas cerradas a cal y canto.
Así somos nosotros, que nos empeñamos en no ser felices, nos empeñamos en seguir nuestra senda y nos negamos categóricamente a seguir a Jesús.
Jesús siempre es salvoconducto, es visado, es pasaporte, para alcanzar la santidad. Jesús sabe lo que necesitamos que casi siempre no es lo que nosotros pedimos pues siempre vemos de la lógica de nuestra sin razón.
Por eso creo que debemos meditar un poco cada día, reflexionar, pensar, que nunca hace daño y nos abre la mente que parece está siempre muy cerrada porque el pensar te obliga a implicarte y a lo mejor no estamos deseosos de hacerlo.
Te dejo con este salmo de hoy domingo, el III de Cuaresma, para que lo medites y te haga reflexionar.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R.
El perdona todas tus culpas,
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R.
El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel. R.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles. R.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario