lunes, 18 de marzo de 2019

18 de marzo. Sed compasivos.

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Buen día nos dé Dios.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros."
En el Evangelio de hoy Jesús vuelve hacernos un necesario recordatorio que si somos capaces alguna vez de asumirlo empezaremos a vivir en la Felicidad.
"Sed compasivos, no juzguéis, no condenéis, perdonad"... Cuatro pilares que nos negamos a cumplir porque nuestra soberbia, nuestra inquina nos hace pensar que siempre llevamos la razón, que siempre somos los "agredidos" y desde esa actitud "doliente" es muy difícil ser compasivo, es muy complicado no juzgar, no condenar y mucho menos perdonar.
Estamos en una sociedad que nos llena de frustraciones porque hemos puesto nuestras ambiciones en tener más y más, en ser alguien que destaque sobre el resto. Si no somos los mejores en todo, si no tenemos el mejor puesto, el mejor de los cargos, la mejos de las casas, la mejor de las vidas sentimos que hemos fracasado porque desde pequeño nos han inoculado el virus de la feroz competencia donde no existe la familia tal y como la entendemos, no se valoran los valores, se vive sin Fe en Dios y en consecuencia sin creer en nosotros mismos, en comprendernos, en querernos, en perdonarnos. Somos demasiado rígidos con nosotros y siéndolo que podemos esperar que hagamos con los demás.
Pero Jesús, en esta Cuaresma y en todas las fechas del años nos recuerda que nuestra grandeza radica no en el puesto que alcancemos en la vida sino que todos y cada uno de nosotros somos únicos, diferentes porque hemos sido a imagen y semejanza del mismo Dios que nos ama como solo sabe hacerlo un Padre.
Si somos capaces de asumir esa concepción de nuestra realidad entonces y solo entonces sentiremos que la frutración se aleja de nuestras vidas y que asumiremos en ella la compasión, el perdón, la misericordia, la Esperanza, el Amor como parte indispensable de nuestra realidad, de nuestro día a día, de nuestra Fe.
Cuaresma es tiempo de seguir aprendiendo con Jesús. ¡No desaprovechemos ni un solo día!
¡Feliz lunes y semana.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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