Buen día nos dé Dios.
Suele ocurrir que los días que se prevén anodinos son un "sin parar". Por eso escribo hoy esta reflexión en el único hueco que tengo para hacerlo.
Poco a poco nos vamos adentrando en lo que es la Navidad. Generalizando podemos hasta decir que respiramos un " ambiente " navideño donde todo son buenas intenciones.
Existen esos que literalmente te vuelven la cara y en estos días se ven en la necesidad de saludarte. Se le saluda y se le desea de corazón lo mejor. Esa es la actitud que debe prevalecer en los que conmemoramos la venida del Niño Dios.
Otros se les enciende la chispa de la solidaridad. Bienvenida sea!! Aunque después vuelvan sus rostros a sus vidas quejándose a diestro y siniestro de lo mal que le va todo.
Lo malo es que ya hay muchos que celebran la Navidad sin Fe y eso en sí es una curiosidad de los tiempos que vivimos.
Pienso que cuando te pones frente al Señor ves con claridad que tienes que ser hermano de nuestros hermanos nos caigan bien o todo lo contrario. Perdemos muchas energías en criticar al otro y muy pocas en ayudarnos mutuamente.
Pienso que la solidaridad está muy bien aunque sea "limitada" aunque creo que es mejor vivir en la Caridad donando tu propia vida para que nuestro prójimo que son también hermanos estén bien atendidos y sientan el calor del cariño verdadero.
Pienso que el Adviento es un precioso tiempo que nos regala Dios para prepararnos y convertirnos para recibir a Su Unigénito con un corazón rebosante de Amor como el mejor presente para su Nacimiento.
Aprovecha cada minuto en ser de Dios.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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