domingo, 25 de diciembre de 2016

25 de diciembre. Al calor del recién Nacido.

La imagen puede contener: mesa, noche e interior

Buen día nos dé Dios.
Hoy Jesús, ese precioso Bebé, está en esa cuna de pobreza que ha decidido como trono.
Tengo 47 años y ya llevo camino recorrido, he tenido la alegría de compartir la Nochebuena en Familia, en la inmensa soledad, en la riqueza y también en la pobreza porque todo es necesario si el Señor así lo dispone para tu vida.
Pero como la de este año no recuerdo ninguna porque ha sido la mejor.
En casa celebramos el día de la Navidad por lo que aprovechando esta tradición familiar asistí a Misa en el Monasterio de la Cartuja de la Defensión de Jerez.
Llegué algo intoxicado por el mundo, muy cansado, me molestaba todo, se me hacía pesado el estar tanto tiempo, me dolía hasta el alma...
Una de las hermanitas de Belén nos dio a todos los que asistimos una velita que mantuvimos encendida durante toda la Eucaristía y antes de comenzar nos dirigimos a besar Jesús que estaba en el suelo, entre paja, en un sobrio, sencillo y humilde portal.
El ritmo en la Cartuja es otro y todo se hace para mayor gloria de Dios por lo que el tiempo carece de importancia.
Tras más de dos horas de una celebración eucarística que ponía los vellos de punta de tanta hermosura terminó con el reparto de un trozo de pan como el mejor de los convites ante la fiesta del Nacimiento del Niño Jesús.
Como pastores llamados por los ángeles nos sentamos ante Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar y rezamos en el mayor de los silencios.
Sí, ha sido una Nochebuena al lado del recién Nacido.
Cuando salí era otro pues tenía más ganas de vivir, más alegría ya que en ese humilde, sencillo y desnudo portal donde estaba Jesús y María había encontrado mi descanso.
En el Amor del Niño Jesús os deseo a todos un FELIZ DÍA DE NAVIDAD.

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