domingo, 4 de diciembre de 2016

4 de diciembre. Luces que anuncian la Navidad.


Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Me reconozco pequeño cuando llegan estas fiestas que son la antesala de la Navidad. Me gusta las calles iluminadas, los villancicos de siempre sonando, la gente más alegre de lo que suele ser habitual.
Después del frío y melancólico noviembre viene diciembre con toda su luz, su alegría, sus ganas de compartir.
Pero esto sucede no porque sea una fiesta así como así sino que nos preparamos para celebrar la Venida de Jesús, el Nacimiento del Niño Dios.
¿O qué te creías?
Aunque cada año que pasa los almuerzos entre los compañeros de trabajo se distancian más, se hacen más lejanos y se encajan fechas para que ese que no nos cae bien le pueda ser imposible el venir.
Aunque cada año que pasa se ven menos motivos navideños propios y más importados de países nórdicos a los cuales no nos parecemos en nada.
Muchas calles de muchas ciudades podrían ser la de cualquier lugar menos España.
¡Y es que hay que quitar a Dios de nuestra vista!
Ese Dios que el próximo 25 nos nacerá entre pañales.
Muchos quieren una Navidad, que es la Venida de Jesús, sin Dios. Lo incomprensible de los que hace tanto tiempo no comprenden nada.
Yo me quedo en mi pequeño pueblo que en sus pequeñas, coquetas y bonitas calles nos ofrecen el alumbrado de siempre, donde se celebra la Navidad compartiendo como siempre ha sido como tendría que seguir siendo.
Y es que los pueblos se han convertido en los garantes de las tradiciones y devociones más propias que han ido perdiendo las ciudades por muy grandes y evolucionadas que estén.
Recibe, mi querida hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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