Buen día nos dé Dios.
Hoy hablando con una querida amiga me contaba algo de la situación que está atravesando y pensé en el "jarrón roto".
Es verdad que todo en la vida cuando se rompe por mucho pegamento que se pueda poner nunca queda igual.
Cuanto te rompes algo o tienes una simple intervención quirúrgica cuando te restableces no es igual que antes pues te queda alguna que otra secuela.
En las relaciones personales también ocurre pues cuando todo va bien es magnífico pero cuando se tuerce y el frágil jarrón se da un golpe se resquebraja y por mucho que se pegue con buenas intenciones que pueden ir acompañados de hechos nunca será como al principio.
Por eso debemos mimar las relaciones que en verdad nos importen que ni una palabra sacada de contexto o malentendidos cuyas " manos negras " no suelen ser los perjudicados hagan que el jarrón se fracture para siempre por muy bien pegado y restaurado pueda parecer.
Existe un último remedio pero que casi nadie suele utilizar: Perdonar y olvidar pues lo uno sin lo otro no es Perdón.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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