Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Cuando observo la fotografía que ilustra esta reflexión veo los colores del Hogar.
Todos, hasta los que no lo tienen, necesitamos tener uno. Todos necesitamos tener un lugar donde nos sintamos bien, cómodos, seguros, queridos...
Todos necesitamos ver y saborear con todos los sentidos ese color de Hogar porque todo peregrino necesita su descanso.
Y nuestro hogar está aquí en la Tierra, en nuestro lugar o en el que Dios ha dispuesto para nosotros.
Pero sobre todo los que sentimos esa pertenencia al Señor nuestro verdadero Hogar está en el Cielo. Somos ciudadanos celestes que peregrinamos en el mundo intentando llevar el mensaje de Dios a todos los confines del mismo. Nos interesan las cosas de aquí, debemos trabajar para cambiarlas y mejorar la vida de nuestros semejantes, pero nunca debemos olvidar que nuestro faro es el Señor que nos guía por senderos y aguas tranquilas.
Por eso entiendo tanto a tantos que necesitan en sus vidas ese sabor a eternidad pues eso les acerca al Señor que es Fuente de Vida y máxima Felicidad.
Por eso entiendo que no me entiendan y que camine más solo que acompañado pues las cosas de este mundo son muy atrayentes para los que han puesto sus vidas en este mundo.
Sí, es verdad, todos necesitamos tener un Hogar.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Quiero dedicar mi reflexión, que seguro entienden y comprenden, a mis queridos Pedro Luis Llera Vázquez y María José Artero Fernández en este día de Felicidad por su Aniversario de boda pues ellos, con la ayuda del Señor, han sabido crear un Hogar aquí en la Tierra aunque mirando al Cielo. ¡¡Muchas felicidades!!
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