Buen día nos dé Dios.
Cada día es el preámbulo de mucho y cada vez que ponemos un pie en el suelo tenemos que dar gracias a Dios y pedirle Esperanza.
Sin la misma la vida se torna en vacía y el hastío nos envuelve como la más densa de las nieblas.
Se puede estar tristes aunque no podemos permitirnos perder la esperanza.
Por muy mal que se pueda tornar todo, por menos que entendamos lo que está sucediendo, por más injusto que veamos las distintas situaciones, si caemos por el barranco de la desesperación habremos dado la batalla de nuestra propia vida por perdida.
Y la vida, la tuya y la mía, no nos pertenece pues es de Dios y también un poco de esos que nos quieren bien y nos necesitan.
No, no bajemos los brazos, luchemos a cada instante por cada instante pues aunque las dificultades nos puedan sobrepasar en momentos determinados siempre se abre esa ventana cuando menos lo esperas y ves con tus propios ojos lo que tenemos ante nosotros es la Esperanza nuestra de cada día.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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