Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Amanece un precioso viernes con temperaturas frescas que nos invitan a coger la mochila y el cayado y adentrarnos por esos mundos de Dios de la mano de María.
Siempre es bueno ir bien acompañados cuando nuestros pasos se pierdan por medio de la montaña que en muchas ocasiones puede ser nuestra propia vida donde hay pocos llanos, muchas zonas escarpadas y con abundancia de riscos.
No, no hay que confiarse en demasía porque algunas veces caminamos por la vida arriesgando mucho, confiando en los que no se deben confiar y despreciando a los que en verdad valen la pena.
En demasiadas ocasiones miramos el interés inmediato y no el que tiene que prevalecer.
Y nos confiamos tanto...
Cuando estás en la montaña no te puedes confiar porque donde menos lo esperas das un traspiés y puede llegar a ser fatal o te olvidas, se te van las horas y cuando anochece la vuelta se hace bien dificultosa. Dicen que en la negritud de la noche todos los gatos son pardos, pero estos pueden ver y nosotros nos encontramos perdidos.
Por eso es bueno ir bien acompañados en todo momento y ocasión y cogidos de la mano de la Virgen que nunca deja a sus hijos solos y siempre es Luz en medio de tantas oscuridades como nos rodean a diario.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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