Buen día nos dé Dios.
Hoy mi reflexión va dedicada por entero a los soportales de la Virgen del Rosario, a sus costaleros.
No hay honor más grande que llevar a la Madre. Ella lo hace todo por ti y tu se lo pagas a corazón abierto ofreciéndole tu hombro, tu Amor, tus sacrificios y las escasas fuerzas que te puedan ir quedando.
No hay privilegio más inmenso que llevar a la Virgen del Rosario, Patrona de todo un pueblo, sobre tus hombros porque al llevarla a Ella también lo haces con el cariño, el Amor, la Devoción, las plegarias de todos cuantos le rezan a tan preciosa Madre.
No, no puede haber mejor ni mayor responsabilidad que llevar sobre ti el peso de María.
Ser costaleros de la Virgen del Rosario no es cualquier cosa porque sois únicos y hacéis que todo lo que os rodee así también lo sea.
Esos pañuelos amarrados en las maniguetas del paso de la Señora son tantas peticiones, agradecimientos, vivencias junto a Ella.
¡Vamos costaleros! ¡Agarradla con la fuerza que tenéis y que Ella os da para que otro año camine por su bendito pueblo reinando en majestad, en Amor, en dulzura, en piedad!
¡¡Aquí está vuestra Madre!! ¡¡Al Cielo con Ella!!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Agradecer a Enrique Montiell esta preciosa fotografía de la Virgen del Rosario a punto de salir a las calles de Villaluenga rodeado de sus hijos, sus costaleros.