Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Final de un nuevo año y a la espera del comienzo del que viene.
Uno ya luce viejo y sentado bastón en mano que lo jubilen para siempre y otro viene con la fuerza propia de la mocedad.
Son fechas de recapitular lo vivido, lo sentido, lo experimentado. En muchos casos de verdaderos exámenes de conciencia y eso está bien. No esperéis de mí, por lo menos este año, este ejercicio de introspección pues estoy viviendo un momento en mi vida donde lo pasado, pasado está y no entro si ha sido justo e injusto. Soy más de vivir el día a día, recordar los buenos momentos y olvidar en aras de ser feliz los momentos malos o las ingratitudes propias de la vida.
A estas alturas doy las GRACIAS a Dios y a vosotros por tanto y más, pido PERDÓN por todo lo que hice y dañó o por lo que no hice y tuve que haber hecho.
GRACIAS Y PERDÓN deberían ser las dos palabras que se concreten en este año que se despide de nosotros a cada segundo que pasa. GRACIAS Y PERDÓN tendrían que ser las dos palabras fundamentales en nuestras vidas para el próximo 2017 que está a horas de nacer.
Y sobre todo vivir con plena conciencia la FE todos los días de nuestra vida. Acaba el 2016 y comenzará el 2017 como siempre pero si lo hacemos de la mano de Dios todo será diferente, todo adquiere el verdadero sentido, todo lo ves necesario para tu particular camino hacia la salvación.
GRACIAS Y PERDÓN mis queridos hermanos es lo que os digo y os pido.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.