lunes, 6 de enero de 2014

desde el tren. día 6 de enero. Reflexión sobre la Epifanía del Señor.

Buen día nos de Dios. Hoy es el día de la ilusión, de la alegría, de estar todos contentos porque nuestras casas han recibido la visita de los Reyes Magos. ¡Todas las casas han recibido un regalo! Algunos serán juguetes, juegos, ropa, perfumes, libros, eletrodomésticos... y así un sin fin de valiosos regalos. Otros no habrán recibido nada de eso aunque no significa que no hayan recibido un regalo de los Magos que adoraron al Niño Jesús. ¿Qué me podéis decir de la salud, de la llamada de un amigo, del abrazo de un ser querido, de una buena conversación con las personas que te quieren y quieres, que me dices de esa soledad que aunque algo triste también es un regalo de Dios? Y lo mejor, el mejor regalo que hemos podido recibir todos: ¡La Fe! El recibir a diario a Dios en nuestra casa y en nuestras vidas, lo que nos ofrece y sabe dar a manos llenas, el Amor que sentimos cuando nos sentimos a su lado, todo eso son regalos que hoy, día de la ilusión y la alegría, debemos valorar en la justa medida porque es la medida del profundo amor que le tenemos a Jesús, Buen Dios, Mejor Amigo. Hoy los Reyes Magos adoraron al Amor de los Amores que envuelto en ropajes lo acurrucaba su Bendita Madre. Podríamos decir en nuestro interior, ¿Quién fuera un simple pastor que pudiera adorar tal Preciosidad? ¡Pues tú mismo! Porque ese Bendito Niño te espera hoy, más que nunca, en el Sagrario para que vayas a adorarlo, para que le expongas y des tu vida como el mejor de las ofrendas y entonces, solo entonces, sentirás que recibes el ciento por uno a cada instante que pasa. ¡Feliz día de Reyes! Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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