Buen día nos de Dios. "Id por todo el mundo y proclamad en Evangelio a toda la creación" nos dijo, nos dice siempre y especialmente hoy Cristo Jesús. En esta frase se condensa el mandato apostólico, el mandato misionero de cada uno de los bautizados, de todos los que aspiramos a convertirnos en discípulos de Cristo. ¿Cuánto tiempo le dedico a evangelizar? ¿Cuánto doy de mi para la Obra del Señor? ¿Cuánto me afectar las cosas que vienen de los hombres y se ve la mano del Maligno en ellas? Cuando Dios está profundamente arraigado en nuestro ser se vive más tranquilo, se vive en plenitud, se vive desde la coherencia de vida y las perturbaciones te pueden llegar a afectar, somos humanos y tenemos nuestro corazoncito, aunque todo acaba pasando porque el Amor de Dios lo inunda todo. Muchos dicen eso de "perdono pero no olvido" y yo te digo que por tu bien debes perdonar y olvidar porque el no hacerlo te hace más infeliz y eso si que no lo quiere nuestro Padre Celestial. Vivir en Cristo es vivir la eterna felicidad de sentirnos amados, queridos y valorados en todo momento y situación: En la salud y en la enfermedad, en las tristezas y en las alegrías, en la riqueza y en la pobreza, cuando soy humillado y cuando soy enaltecido..., ¡Siempre! Por eso gozando del Amor de que Dios nos tiene, disfrutando de la Alegría de sabernos hijos del Altísimo estamos obligados a coger nuestro equipaje y empezar a evangelizar a diestro y siniestro, anunciar a todos que el Reino de los Cielos existe y que el Amor que es superior mil millones de veces al amor que conocemos está a tu alcance. Ser discípulo de Cristo tiene ventajas por todos los lados y ningún inconveniente. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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