Buen día nos de Dios. Lo mejor de este 1 de enero, de este primer día del año, es que todo está por hacer, todo está por realizar, todo podemos, con la ayuda de Dios, podemos construirlo para hacer que este mundo sea mucho mejor que el que había tan solo unas horas. Si queremos poder ir cambiando todo para hacer que la justicia, la paz y el amor se vayan expandiendo. Tenemos que empezar con los más íntimos, con los círculos más reducidos, debemos empezar esta misión de dentro para fuera. Si nosotros somos conscientes de que, con nuestros mimbres, podemos hacer mucho, si somos capaces de involucrar a quienes están al lado nuestro, si somos valientes para luchar, con todas nuestras fuerzas, para instaurar el Amor de Dios en todas las capas donde nos movamos entonces podremos decir que esta apasionada y apasionante misión se está llevando a cabo. En este año tenemos que perder ese miedo a hablar públicamente de Dios, de su Obra, de su Palabra y Mensaje aunque nos tachen de locos e intenten ridiculizarnos. Poniendo a Dios en el centro de nuestras vidas y del mundo podemos lograr que este coja otro ritmo, camine a otro paso, el paso necesario para que cambie en todos los sentidos haciendo un mundo habitable y justo para todos. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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