Buen día nos de Dios. El otro día llegó a mis manos una información en la que se informaba que próximamente iba a celebrarse una reunión en una institución y entre sus miembros "redefinir" su imagen exterior. Ante esta noticia cogida al vuelo me pregunto: ¡Qué importante es la imagen exterior, la que proyectamos a los demás y que poco cuidamos y nos importa la interior! Si no mimamos nuestro interior, reforzandolo, de poco o nada servirá lo que queramos transmitir al "exterior". Si en nuestro corazón hay discordia, mentira, orgullo, rencores, es decir, servidumbres del mal no podemos, aunque nos empeñemos en ello, transmitir una imagen de cordialidad hacia los demás que despreciamos. Es como la manzana podrida por dentro y vistosa por fuera que cuando te fijas ves su verdadero estado. Nos hace falta "redefinirnos" por dentro haciéndonos más mansos, dóciles y humildes de corazón. Cuando consigamos limpiar nuestras impurezas entonces y solo entonces podremos dar la imagen que verdaderamente tenemos al exterior. No olvides que tenemos los mejores apoyos y que contamos siempre con el Amor y la Misericordia del Señor. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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