Buen día nos de Dios. ¡Qué nunca nos falte una sonrisa en los labios! Por muchas tristezas, pesares, enfermedades, preocupaciones que podamos tener el llevar una cara seria y circunspecta no va a mejorar nada y produce efectos negativos a los que te rodean. En cambio, si a pesar de todo ofreces una sonrisa a los que tienes al lado, a los que se te acercan es como si tendieras la mano y abrieras tu corazón a esos que también pueden necesitarlo. Llevamos un camino de ir aislándonos, cada cual con sus cosas y con sus casas mirando para abajo cuando caminamos o escuchando permanente música o noticias que da la sensación de no querernos escuchar a nosotros mismos. Todo gris en un mundo gris donde nos estamos olvidando de la inmensa gamas de colores que nos rodea a diario y que somos capaces de presenciar y admirar con solo una sonrisa. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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