lunes, 13 de enero de 2014

desde el tren. 13 de enero.

Buen día nos de Dios. La maldad existe y eso no se puede discutir aunque nuestros deseos fueran los contrarios. Pero, ¿Hasta donde llega la maldad? ¿Cuales son sus límites? El hacer daño nunca sale gratuito, el herir, despreciar, hundir al otro, asesinarlo por obras y palabras, matar su dignidad son parte de la maldadaunque muchas veces se nos escapa de nuestras limitadas entendederas las dimensiones que pueden abarcar y cuantos, prendidos por el oscuro poder del Maligno, han vendido su alma, que es su todo, por rendir culto a la muerte que lleva a la perdición. Creo que al mal solo existen un antídoto: El Bien. ¡Hagamos el bien a diestro y siniestro! El Amor que hemos recibido de Dios Padre que es el que lo puede todo incluso con las pérfidas actuaciones del Maligno que tanto teme al Señor. Nuestra obligación como cristianos consecuentes es llevar el Reino de Dios a todas partes, es anunciar el Evangelio como anuncio de una Vida nueva donde la muerte y la maldad no ocupan lugar, es acallar los malos sentimientos con la nobleza del bien. Eso sí, si conocemos casos donde el Mal intente acampar debemos denunciarlos, hacerlo público porque así de esta manera estaremos avisando a los demás de lo que se están intentando perpetrar. Sigue luchando por el Bien, sigamos trabajando como los humildes trabajadores de la Viña del Señor y así, entre todos, extenderemos la Obra de Dios por todos los confines de la Tierra. El Amor es ilimitado y la Maldad tiene las patas demasiado cortas. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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