Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Hoy celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor así como la Jornada Mundial de Comunicaciones Sociales. Hoy es un día importante para la Iglesia y cuantos la conformamos.
Cuando llega este día siempre me acuerdo de mi viaje-peregrinación a Tierra Santa en 2012. El agobiante calor que hacía, la afonía que arrastraba desde antes de salir de viaje, de las distintas visitas por donde Jesús pasó y obró sus milagros.
Fuimos a visitar al lugar donde la tradición dice que Jesús Ascendió a los Cielos y había una piedra, que tenía la forma de un pie, que según dicen se posó el Señor para Ascender a la Casa del Padre.
Había mucha gente, el recinto pequeño. Se agachaban a duras penas para posar los dedos en ese sitio.
Yo andaba regular entre la poderosa faringitis y la enfermedad que me acompañaba y todavía me acompaña.
Le dije a Hetepheres que no tenía fuerzas para hincar mis rodillas en tierra y tocar esa roca que tanta Fe tenía depositada.
Pero algo brotó de mi corazón, algo me hizo hundir mis rodillas en el suelo, agacharme y tocar con la punta de los dedos esa portentosa piedra.
No os lo podéis creer pero una corriente de energía recorrió todo mi cuerpo. Algo nuevo había entrado para siempre en mi vida, para quedarse siempre conmigo, para hacerme más valiente, para defender la Fe aunque no tuviera fuerzas ni palabras. Sé que Jesús había entrado para siempre en mi vida desde ese mismo momento que posé los dedos en esa pequeña piedra donde dicen que Cristo posó sus pies para Ascender al Cielo.
Ocurrió dos veces más que esta sensación de Paz inundó mi cuerpo en esta peregrinación: En el Getsemaní y ante el Santo Sepulcro.
Y es que Dios se manifiesta en tu vida cuando menos lo esperas.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
¡Feliz domingo Día de la Ascensión de Cristo a los Cielos!
Bendito sea el Señor. Que lindo es nuestro,Dios. Como nos da no solamente su Corazón lleno de amor, sino Su mano para descansar nuestra fatiga...Le entiendo tanto, pero mucho más de lo que ni usted, ni nadie podrán saber. ¡ TAN SOLO DIOS...SOLO DIOS...! QUE EL SEÑOR DEL CORAZÓN MISERICORDIOSO NOS BENDIGA.
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