Buen día nos dé Dios.
Siempre que alguien muere siempre me sucede lo mismo, siempre pienso en el privilegio que tienes pues ha visto a Dios cara a cara.
Me pasa con todos y sobre todo con los sacerdotes pues son los que nos llevan la Palabra, anuncian el Evangelio y viven para el Señor por medio de su rebaño.
Esa es la sensación que tengo tras enterarme de la muerte de un sacerdote que he querido tanto como es el Padre Salvador Rivera.
Salvador no ha visto un nuevo amanecer aquí en la Tierra porque él ya ha amanecido eternamente allá en el Cielo.
Es ciertamente fuerte lo que estoy diciendo pero debemos estar alegres por él pues ya está con Cristo al cual Amó sin fisuras.
Esto no quiere decir que no estemos tristes, que no tengamos sentimientos de duelo, que nos lloremos pues notamos su ausencia como la de tantos que hemos querido y nos han querido.
Hoy mi corazón se entristece por su madre, su familia, amigos, feligreses..., hoy mi oración para ellos porque pienso que hay que rezar mucho para que Dios otorgue el tan necesario consuelo.
Hoy mi oración se eleva al Padre para que acoja el Su Reino a su hijo Salvador.
Hoy es un día de oración y muchos recuerdos. Todos tendremos los nuestros y es una forma de seguir teniéndolo presente.
Y hoy quiero compartir esta foto que es un recuerdo muy personal. La estampa que se regaló a los fieles con motivo del 25 Aniversario de la Ordenación Sacerdotal del Padre Salvador donde algunos nos implicamos para que tuviera este sencillo y bonito regalo que tanto le emocionó.
Hoy es día de tantos recuerdos...
Descansa en Paz Padre Salvador.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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