Buen día nos dé Dios.
Es lo que tiene la primavera, que el tiempo cambia de un momento para otro y donde ayer había sol y calor hoy aparece fresco y lluvioso.
Os imagináis todos los días iguales?
Dicen que una carretera demasiado recta cansa y nos adormece. Pues todos los días iguales, con la misma temperatura, haciendo las mismas cosas deben también adormecer y aburrir.
No hay nada más tedioso que hacer siempre lo mismo, ver siempre lo mismo, vivir siempre en lo mismo, pensar siempre lo mismo.
Personalmente desterraría esa expresión "como siempre" por ser una clara invitación al inmovilismo.
Me gusta la variedad, el color, el cambiar, la aventura, el saber arriesgarse cuando haga falta hacerlo.
Disfrutemos de un día de sol y de la lluvia, del día y la noche. Disfrutemos de lo que viene y admiremos lo que nos diferencia.
Vive la vida con tal intensidad que pareciera que es el último. Haz lo que tengas que hacer pero siempre a tu manera. Eres único y no tienes por qué parecerte a nadie.
Disfruta de los instantes en soledad o con las personas que quieres y te quieren de verdad.
Vive con apasionamiento la Fe que es ventana abierta llena de colores, de matices, de vivencias en la persona de Jesús que es nuestro Buen Pastor y mejor maestro.
Quiero dedicar mi reflexión a mi querido Enrique Montiel en el día de su cumpleaños. Él sabe apreciar el color de cada instante de la vida.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Foto de Tachy Barea
No hay comentarios:
Publicar un comentario