Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Ha amanecido precioso, el sol va inundando todos los espacios haciendo que el verde predominante en el prado y la montaña se convierta en alfombra y manto.
Un manto de belleza que nos lleva invariablemente a la Fe.
Cuando miro y admiro este paisaje pienso con profunda gratitud el Amor tan grande que nos tiene Dios para regalarnos tanta Belleza, para hacer que nuestras vidas se desenvuelvan en lo grato, en lo bonito, en ese sendero que nos da felicidad recorrerlo porque todo ha sido creado para nosotros.
Lo malo es que el ser humano en muchas ocasiones aspiramos a quitar el sitio del Creador para asumirlo nosotros y así vamos estropeando la cosa.
Manto de verde Esperanza.
Cada día es un regalo único y por tanto diferente, cada día se nos ofrece mil oportunidades para hacer el Bien, cada día está pensado para todos y cada uno de nosotros según nuestras preferencias y particularidades.
¡Dios es así!
Vamos a darle en esta jornada las gracias al Señor de la única manera que podemos. Haciendo lo que Él ha dispuesto para nosotros y haciendo el Bien a cada instante.
Sólo así podremos dar de verdad las gracias a Dios por tanto como nos ofrece a diario sin pedir nada a cambio.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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