Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Hoy Villaluenga ha amanecido preciosa con un sol que envuelve y embriaga cada sentido, un día que en algunos lugares se puede escuchar el más profundo de los silencio y otros no se distingue más que un ensordecedor ruido. Esa es una de las diferencias entre los pueblos y las ciudades hay más que declinan la balanza para uno u otro lado según los gustos personales de cada cual.
Dicen que en la variedad está el gusto y es verdad porque todo complementa, todo enseña, todo es enriquecedor.
Pienso que en este mundo sobran muchos dogmáticos que creen llevar siempre la verdad como bandera y faltan personas con más sentido del humor que es lo mismo que decir con más espíritu integrador.
"Esto es así porque YO lo pienso así". Frase de un dogmático que no admite que ese "así" a lo mejor no lo es o si o tiene más vertientes y todas enriquecedoras.
Debemos estar abiertos a la opinión de los demás, escuchar "su verdad" porque así entenderíamos el por qué de cada cosa y de cada situación.
En un mundo que parece que estamos pendiente que el vecino caiga no para ayudarlo a levantarse sino para hundirlo en el fango, pisotearlo con risas y carcajadas de nuestros mezquinos menosprecios.
Cuando alguien caiga ofrece tu mano, ayuda sin mirar a quién y después lo que tenga que pasar pasará. El que se equivoca tendrá que pedir perdón y asumir su responsabilidad.
Son muchos los que toman caminos equivocados que terminan con tropezón y caída. Lo más fácil es hacer leña del tronco caído y lo más complicado es llevar a cabo la misión del buen samaritano que es en definitiva el ser cristiano en todo momento y en todo lugar.
Practiquemos el Bien y no nos dediquemos a juzgar a otros pues no sabemos si nosotros mismos nos desviaremos del camino y acabaremos cayendo. Solamente cuando uno está en el suelo magullado, zaherido, avergonzado es cuando ve lo que ha hecho y siente como nadie cuando alguien se acerca no para juzgar sino para ayudar.
Sí, es un precioso sábado que promete ser "movidito" y que hay que disfrutar así como también ayudar a todo aquél que lo necesita.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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