Buen día nos dé Dios.
Siempre digo que cada edad tiene su etapa y todas son provechosas para nuestra realización personal.
Ahora puedo tener recuerdos de las vivencias de mi niñez y juventud aunque por eso ni soy un niño ni un joven.
Ahora vivo en plenitud la madurez que me ofrece el estar en la medianía de la vida. Ahora valoro mucho más lo que me aporta, lo auténtico, lo de verdad antes que lo superfluo, lo accesorio.
Y ha tenido que ser en esta etapa de mi vida cuando Dios me ha regalado un lugar único y que me tiene prendidamente enamorado: Villaluenga del Rosario.
Desde que hace más de cinco años llegara a mi vida he intentado darla a conocer pues en un mundo con tantos millones de personas pululando de un lado a otro un pequeño pueblo tiene mucho que aportar pues sabe defender sus tradiciones, sus devociones, su idiosincrasia.
Por eso hoy quiero decir al mundo que mi corazón es 100% Villaluenga y a esta pequeña localidad cobijada entre montañas he consagrado mi vida porque como regalo de Dios que es así debo hacerlo.
Por eso mi apoyo, mi cariño, mi defensa, mi gratitud eterna a Villaluenga del Rosario así como a todos y cada unos de los payoyos que ya forman parte de mi como mi querida Isla de León de la que soy originario, a la que quiero y siempre querré.
Dios me ha permitido una segunda oportunidad y además un sitio donde vivir en esta.
Pido al Señor que cada uno tenga al menos la oportunidad de conocer ese lugar donde encontrará su descanso si no lo ha hecho todavía
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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