Buen día nos dé Dios.
Miércoles de Ceniza y con el comienzo de la tan necesaria Cuaresma damos paso a 40 días para ejercitarnos en la Fe.
Muchos piensan que es un mes cansino, donde todo es penitencia, ofrecimiento, plegarias.
Es tiempo para trabajar el espíritu y prepararnos a descansar el alma.
Cuaresma tiempo de negarse a uno mismo, coger la Cruz y seguir a Jesús.
Cuaresma tiempo de hacer apostolado mediante un testimonio creíble de Fe, de ser de Cristo aquí o allá, cuando todo es alabanza y alegría y sobre todo cuando viene la persecución y las ofensas.
Cuaresma tiempo de vencer a tantas tentaciones que son los ofrecimientos del maligno para que negando a Dios nos reafirmemos en el descalabro.
Cuaresma tiempo de oración, retiro espiritual, de alejamiento para volver a encontrarnos, de sentarnos en aquella piedra para coger necesarias fuerzas y proseguir el camino.
Cuaresma donde hoy se nos recuerda lo que parece querer olvidar: Que polvo somos y en polvo nos convertiremos. Que lo de la tierra en la tierra se queda y lo del cielo siempre será del cielo.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Estáis muy especialmente en mis oraciones en este tiempo de Cuaresma y os pido que recéis por mi.
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